Valientes y cobardes.


Muchas veces no sabes ni lo que callas y tampoco eres consciente de lo peligroso que eso puede llegar a ser. Date cuenta, te engañas, por tu propio bien, por el de los demás, por miedo, por valentía, por las ganas de creer, por las ganas de que funcione, da igual porqué pero lo haces.

Callarse no es siempre de cobardes. La sociedad tiene eso aceptado y marcado a hierro y tenemos como valientes a aquellos que gritan con todos sus pulmones, su alma, y su falta de preocupaciones. He estado delante de esas personas y creedme, mil veces he deseado poder borrarles la boca.

No decir las cosas no implica no sentirlas. No publicar tu amor por todas las redes sociales, ni tatuarte tu ideología en la frente, ni llevar un cartel anunciando tu sexualidad no significa que no quieras, no creas o no seas. Estoy harta de la necesidad de que todo el mundo sepa hasta cuales son vuestras bragas favoritas.


Como iba diciendo, no expresar las cosas es también de inteligentes. "¿Pero qué dices tía? ¡Suéltalo todo!" Y tú cállate. Hay que saber qué decir, cómo decirlo, cuándo y algo muy importante, a quién (estoy segura de que no soy la única ha tenido que sufrir decepciones por esto último). 

Ahora viene lo peligroso, callas, callas, callas, porque sabes que debes, porque es lo que hay que hacer, hasta que en un momento de puro éxtasis...¡explotas! Pero no tiene porque ser a mal. Puedes decirle al chico que te gusta que lo amas, o a la chica del metro que te encantan sus calcetines. El problema es pues, en qué ámbitos explotas.


Esta tarde he sentido la necesidad de explotar. De decirte lo mucho que te echo de menos, de lo que me faltan tus abrazos, tus besos, tus "nena", tus "eres gilipollas" entre risas, tus caricias, tu forma de remangarme la chaqueta para poder darme bien la mano, de aguantarme cuando me estreso y sobretodo tu forma de hacerme sentir.


He sentido una necesidad impetuosa de explotar pero sé que no es el momento ni el lugar (en la biblioteca no es buena idea), que lo único que haría sería complicarlo todo, hacerlo más difícil de lo que es, liarlo, distraerte, preocuparte, y un largo etcétera por el que me niego a pasar.


Claro que me he callado, claro que me engaño fingiendo que las cosas no son así, pero por lo que no voy a pasar es por admitir que es un hecho cobarde.


Si no sabéis de valentía, no pretendáis hablarme de cobardía. 





Se puede ver perfectamente, que últimamente estoy perdida y más bien poco imaginativa, la variedad de temas en mis textos brillan por su ausencia y en sí mis textos también lo hacen.

Aún así, me dejo ver de vez en cuando, quiero que esto siga siendo una válvula de escape del resto del mundo. Un sitio donde escribir lo que me apetezca cuando sienta que debo hacerlo.

Me despido como siempre con un ''hasta luego'', pero con la certeza de que esta vez va a ser así.

1 comentario:

Shared closet dijo...

ole. otro texto en el que nos abres a ti sin desvelar nada;) feliz 2014, realiza todos tus sueños este nuevo año y nunca dejes de escribir
Paula